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Hematuria (sangre en la orina) 

No es raro que los niños a veces tengan sangre en la orina. A veces, puede cambiar el color de la orina. La sangre en la orina de un niño puede tener diferentes causas, muchas de las cuales desaparecen por sí solas o se tratan fácilmente.

¿Qué es la hematuria?

La sangre en la orina se llama hematuria. La hematuria microscópica es cuando la orina se ve normal en el inodoro o en una taza, pero se puede ver sangre al mirar la orina con un microscopio. La hematuria macroscópica es cuando se puede ver sangre en el inodoro o en una taza. La orina puede verse rosada, roja o del color del té o la cola.

La sangre en la orina puede provenir de cualquier parte del tracto urinario. La sangre puede provenir de los riñones, los uréteres (tubos que conectan los riñones con la vejiga), la vejiga (donde se almacena la orina) o la uretra (el conducto que va de la vejiga al exterior del cuerpo). Muchos niños sanos tienen hematuria microscópica que desaparece en unas pocas semanas.

Tenga en cuenta: la orina oscura o de color rojo no siempre significa que hay sangre en la orina. A veces, ciertos medicamentos o colorantes alimentarios pueden hacer que cambie el color de la orina. Pero es importante hablar con su pediatra si no está seguro de la causa.

¿Qué causa la hematuria?

Las causas de la hematuria en los niños incluyen:

Infecciones del tracto urinario
Altos niveles de calcio en la orina (llamado hipercalciuria)
Cálculos renales
Traumatismo o herida
Problemas estructurales u obstrucción en el tracto urinario
Condiciones genéticas
Enfermedad renal inflamatoria (glomerulonefritis)
Cáncer (muy raro)

¿Qué pruebas se pueden hacer?

Algunas o todas las siguientes pruebas se pueden realizar en casos de hematuria, según los síntomas que tenga su hijo:
Tira reactiva de orina. Esto generalmente se hace en el consultorio de su médico. Puede detectar hematuria. A veces, los resultados de la prueba pueden ser incorrectos, por lo que la presencia de glóbulos rojos reales en la orina debe confirmarse observando la orina con un microscopio.

Ultrasonido renal y vesical. Esto busca quistes, cálculos renales, tumores y muchas otras causas de hematuria.

Cultura Urina. Esta prueba busca una infección del tracto urinario.

Suero de creatinina. Este análisis de sangre verifica qué tan bien están funcionando los riñones.

Hemograma completo (CBC). Este análisis de sangre busca anemia (falta de glóbulos rojos) y evidencia de infección (aumento del recuento de glóbulos blancos).

Proteínas del complemento. Este análisis de sangre ayuda a diagnosticar algunas causas de la enfermedad renal llamada glomerulonefritis (inflamación del riñón).

Calcio en orina. Esta prueba busca niveles altos de calcio en la orina. Un alto nivel de calcio en la orina puede provocar cálculos renales o sangre en la orina, incluso en ausencia de cálculos.

Proteína en orina. Esta prueba a veces puede ayudar a distinguir entre la hematuria que es causada por el propio riñón o por las tuberías del tracto urinario (uréteres, vejiga, uretra). La proteína persistente en la orina junto con la hematuria a veces sugiere un problema con los riñones.

Biopsia de riñón. Esta prueba es necesaria cuando el médico cree que puede haber daño en los filtros de los riñones. Una biopsia de riñón se realiza en el hospital. Primero se pone a dormir al niño con medicación. Luego se usa una aguja para tomar una pequeña muestra de tejido renal. La mayoría de los niños con sangre en la orina no necesitan esta prueba.

Cistoscopia. Esta prueba busca sangrado del uréter, la vejiga o la uretra. Es poco común que los niños necesiten una cistoscopia. Para esta prueba, el médico (un urólogo pediátrico) inserta un tubo angosto con una pequeña cámara en el extremo para observar la vejiga y la uretra en busca de la causa de la hematuria.

¿Qué opciones de tratamiento hay?

El tratamiento depende de la causa de la hematuria. Muchas veces, no se necesita tratamiento. Las infecciones se tratan con antibióticos. Si hay un alto nivel de calcio en la orina, se pueden recomendar cambios en la dieta, como poca sal en los alimentos y beber más agua. A veces, también se pueden recetar medicamentos para ayudar a reducir los niveles de calcio en la orina.

En pacientes con glomerulonefritis, el tratamiento incluye medicamentos como esteroides u otros medicamentos más fuertes que disminuyen la inflamación en el riñón. En algunos niños, también se administran medicamentos para controlar la presión arterial alta.

Los cálculos renales no siempre requieren tratamiento, pero es posible que deban eliminarse si causan dolor o infecciones. Si su hijo está formando cálculos renales, es posible que necesite análisis adicionales de orina y/o sangre para ayudar a prevenir futuros cálculos.

En aproximadamente 1 de cada 4 casos, es posible que los médicos no puedan encontrar la causa de la hematuria. Si todas las pruebas son normales y queda sangre en la orina, se recomiendan controles anuales para asegurarse de que el paciente no comience a desarrollar una enfermedad renal.

¿Cuándo debo contactar al médico?

Si su hijo sigue teniendo sangre en la orina y/o tiene síntomas urinarios (como orinar con mucha frecuencia, dolor al orinar o dolor en el vientre, la espalda o el costado)

Si hay fiebre, dolor en el costado o en la espalda

Si su hijo se está hinchando y parece orinar menos

Si su hijo está inusualmente irritable, tiene dolores de cabeza frecuentes o tiene poca energía

Si hay otros síntomas como dolor en las articulaciones o sarpullido.

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