La salud de los más pequeños siempre es una prioridad para los padres, especialmente cuando se enfrentan a diagnósticos inesperados como una hernia inguinal. Este padecimiento es una de las afecciones quirúrgicas más comunes en bebés y niños pequeños. A continuación, les explicaré qué es una hernia inguinal, cómo detectarla, sus posibles complicaciones y el tratamiento adecuado.
¿Qué es una hernia inguinal?
Una hernia inguinal ocurre cuando una parte del intestino u otro órgano abdominal sobresale a través de un punto débil en los músculos de la pared abdominal en el área de la ingle. Este problema se debe a un defecto en el cierre del conducto peritoneovaginal, un canal presente durante el desarrollo fetal que, en condiciones normales, debería cerrarse antes del nacimiento.
Las hernias inguinales son más comunes en:
Niños prematuros: Tienen un mayor riesgo porque el proceso de cierre del conducto peritoneovaginal no se completa.
Niños varones: Las hernias son hasta 10 veces más frecuentes en niños que en niñas.
Historial familiar: Si hay antecedentes de hernias en la familia, el riesgo puede ser mayor.
¿Cómo se presenta una hernia inguinal en bebés?
El signo más evidente de una hernia inguinal es un bulto o protuberancia en la zona de la ingle, que puede extenderse hacia el escroto en los niños o hacia los labios mayores en las niñas. Este bulto suele hacerse más evidente cuando el bebé:
Llora
Tose
Hace esfuerzo para evacuar
En reposo o cuando está acostado, el bulto puede desaparecer o reducirse. Sin embargo, no siempre es así, y es importante que cualquier bulto en la zona inguinal sea evaluado por un especialista.
¿Es peligrosa una hernia inguinal?
Aunque una hernia inguinal no siempre causa molestias inmediatas, puede convertirse en una urgencia médica si se incarcera o estrangula.
Hernia incarcerada: Ocurre cuando el contenido de la hernia queda atrapado en el canal inguinal y no puede volver al abdomen. Esto puede causar dolor, hinchazón y dificultad para que la sangre fluya adecuadamente hacia la zona afectada.
Hernia estrangulada: Es una complicación grave en la que el tejido atrapado pierde su suministro de sangre. Esto puede llevar a daño tisular y necrosis si no se trata rápidamente.
Los síntomas de estas complicaciones incluyen:
Bulto duro, doloroso y no reducible
Enrojecimiento o cambio de color en la piel sobre la hernia
Llanto constante e irritabilidad
Vómito
Si sospechas que la hernia de tu bebé está incarcerada o estrangulada, es crucial buscar atención médica de inmediato.
Diagnóstico de hernias inguinales
El diagnóstico de una hernia inguinal generalmente se realiza mediante un examen físico. Durante la consulta, el médico evaluará el área inguinal en busca de bultos o protuberancias. También puede pedirte que observes si el bulto se hace más evidente cuando el bebé llora o está activo.
En algunos casos, especialmente si el diagnóstico no es claro, se puede realizar una ecografía para confirmar la presencia de la hernia y evaluar su contenido.
Tratamiento de las hernias inguinales
El tratamiento definitivo para una hernia inguinal es la cirugía, que se conoce como herniorrafia o hernioplastia. El objetivo es reparar el defecto en la pared abdominal y prevenir complicaciones.
¿Cuándo se realiza la cirugía?
Si la hernia es reducible (el contenido puede empujarse de vuelta al abdomen sin dificultad), la cirugía se programa tan pronto como sea posible, generalmente dentro de las primeras semanas tras el diagnóstico.
Si la hernia está incarcerada o estrangulada, se requiere una cirugía de emergencia para evitar daños graves.
¿En qué consiste la cirugía?
La herniorrafia inguinal es un procedimiento seguro y relativamente sencillo en manos de un cirujano pediátrico experimentado. Durante la cirugía:
Se realiza una pequeña incisión en el área inguinal.
Se identifica y reduce el contenido de la hernia al abdomen.
Se cierra el defecto con suturas.
En algunos casos, si el bebé tiene una hernia en un lado, el cirujano puede examinar el lado opuesto para descartar otra hernia, ya que es común que sean bilaterales.
Recuperación
La mayoría de los bebés se recuperan rápidamente después de la cirugía y pueden regresar a casa el mismo día. Los cuidados postoperatorios incluyen:
Administrar analgésicos según las indicaciones del médico.
Vigilar la incisión en busca de signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón o supuración.
Evitar actividades que impliquen mucho esfuerzo (aunque esto no suele ser un problema en bebés).
¿Se pueden prevenir las hernias inguinales?
No hay una forma garantizada de prevenir las hernias inguinales, ya que se deben principalmente a factores congénitos. Sin embargo, una detección temprana y un tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves.
Preguntas frecuentes
1. ¿Las hernias inguinales pueden desaparecer por sí solas?No, a diferencia de las hernias umbilicales, las hernias inguinales no se resuelven espontáneamente y siempre requieren cirugía.
2. ¿Qué pasa si la hernia no se trata?Si no se trata, existe un alto riesgo de complicaciones como incarceración o estrangulación, que pueden poner en peligro la vida del bebé.
3. ¿Es la cirugía segura para un bebé?Sí, la cirugía para hernias inguinales es un procedimiento común y seguro en manos de un cirujano pediátrico experimentado.
Conclusión
Las hernias inguinales en bebés son una afección frecuente pero tratable. El conocimiento de los signos y síntomas, así como una atención médica oportuna, son clave para garantizar una recuperación rápida y sin complicaciones. Si notas un bulto en la ingle de tu bebé o tienes dudas sobre su salud urológica, no dudes en consultar con un especialista en urología pediátrica.